La leyenda de la Isla de Avalon

Se dice que solo unos pocos elegidos tenían acceso a ella, Morgana Le Fay y sus ocho hermanas, las moradoras de la Casa de las Vírgenes, Merlín y sus criados, y por supuesto, sus propios habitantes, las hadas. Un paraíso de eterna primavera en el que nadie envejecía, donde la paz era perpetua y donde no existía la fatiga, pues la tierra era pródiga en frutos. Quizás fue por eso que tras la batalla de Camlann, el rey Arturo, unos dicen que muerto, otros que solo malherido fue trasladado a la Isla de Avalon, donde desde entonces, sus restos reposan en un lecho de oro.

Avalon (Isla de las Manzanas o Isla de las Hadas) un lugar místico situado en otro mundo, en la dimensión de los sueños, y donde al decir de algunos se toman decisiones que repercuten directamente en nuestra realidad, se la sitúa en paralelo a la localización de las ruinas de la Abadía de Glastonbury.

La Leyenda nos dice que tan solo dos caminos conducen a Avalon. Uno por agua, viajando en un barco fantasma que aparece y desaparece y al cual solo se te permitirá subir abordo si adivinas su nombre y el de sus tripulantes. El otro, el terrestre, pero este, cuentan, solo lo conocen sus habitantes. Pero sea cual se el camino, hay un elemento indispensable, la niebla, sin ella, Avalon se hace invisible. Algunos creen que en realidad la isla permanece bajo el agua, y que la niebla es solo el umbral que separa al mundo exterior del mundo sumergidos.

Sobre Avalon también se dice que tiene poderes curativos, y que Morgana, la hermanastra de Arturo, dominaba la medicina y en ocasiones llevaba hasta la isla heridos por ella rescatada para que después de haberlos curado, formaran parte de su propio ejercito.

Nadie sabe que fue de Arturo, algunos creen que, simplemente duerme o descansa. debajo de una colina hueca, en la isla de Avalon, esperando el momento adecuado para regresar como Rey de Inglaterra.

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